Esto es lo que aprendí cuando asistí a un taller de salsas medievales con Laura de Castellet que es historiadora y divulgadora medievalista, nos transportó a lo mejor de la época.
Me venían imágenes frente a la chimenea rostizando una bestia poco lujosa, viendo caer aquella grasita llena de sabor.  En una noche machacando a mortero las especias a la luz de una lámpara alimentada con aceite de oliva.
¿Como que encender la luz con aceite de oliva?
Como nos explicó Laura en esa época, al menos en la zona de Cataluña norte, los olivos eran pocos y además estaban controlados por la iglesia. El aceite era un bien preciado para dar luz, era caro y escaso con lo cual se utilizaba exclusivamente para esta finalidad. Se sabe esto gracias a que han sobrevivido inventarios de la època, que se incluían en los testamentos.
La cocina de la època en esta zona se basaba en potajes y en carne de caza asada sobre la chimenea, ya que aún no existían los fogones.  Para dar un poco de sabor a las carnes, debajo de esta, se colocaba un recipiente que recogía el jugo y las grasas que la carne desprende al fuego. Esto era la base de las salsas.
Aùn no se comía con tenedor, lo que se hacía era cortar los trozos de carne y colocarlos o sobre un trozo de pan o un bol. Y para alegrar un poco el plato se preparaban salsas con ingredientes  disponibles. Las carnes que se consumían eran sobre todo la de cerdo, cordero y en menor medida palomas, caracoles y ardillas. Las vacas se usaban para los lácteos y el pollo era extremadamente caro, se solía consumir únicamente una vez al año.

Foto: Retablo del Tacuinum Sanitatis

Hay que pensar que en aquella época había una gran cantidad de alimentos que no habían llegado a Europa, como los pimientos, las patatas o el tomate.En cambio si que había coles, cebollas, zanahorias, nabos, habas. Un producto que había en grandes cantidades era la miel que se utilizaba en estas salsas para ligar el resto de ingredientes. Además se valoraba mucho el aporte de gustos que daban mieles diferentes dependiendo de las plantas que hubiesen sido polinizadas. También había azúcar, pero está la vendían únicamente los especieros a peso solo se lo podría permitir la gente pudiente.
Además del jugo de la carne y la miel, a las salsas se le añadían hierbas secas, otros elementos grasos como almendras, ajos, algunos quesos. Casi todos los quesos que se consumían en aquél momento eran de oveja. Y para conservarlos durante más tiempo muchas veces se le ponía en aguardiente. ¡vaya salsas potentes!
Como plantas se utilizaba mucho la menta, la salvia, la mejorana y la rúcula  (también conocida como oruga) La rúcula se utilizaba mucho para dar un picantor similar al que da la pimienta. Ya que la pimienta al igual que el azúcar era muy cara.
Se utilizaban sobretodo las calabazas como recipientes y sobretodo para transportar alimentos.
Algunos días de lujo se utilizaba la yema para dar cremosidad a las salsas. Pero los huevos eran generalmente vendidos a conventos y monasterios en dónde se utilizaban para clarificar el vino.
Recetas de 3 salsas medievales:
Salsa de Oruga
-Rúcula
-Ajos
-Almendras
-Miel
-Aceite* (a menos que quieras utilizar manteca de cerdo o jugo de carne asada)
1- Primero se pican los ajos en mortero hasta que saquen el liquido, después de incorporan y machacan las almendras y la rúcula.
2- Poco a poco añadimos el aceite de oliva intentando emulsionar y ligar la salsa y finalmente añadimos la miel para que ligue todo bien.
Salsa de perejil
-Picada de almenedras
-Manteca
-Mejorana seca
-Perejil fresco
-Menta (opcional)
Machacar todo en mortero hasta que quede homogéneo
Salsamedroc
-Ajo
-Queso seco o macerado en aguardiente
-Almendras
-Yema de huevo
1- Machacar bien el ajo en mortero , añadir las almendras y machacarlas también.
2- Añadir el queso triturando un poco con las manos, y la yema de huevo, seguir removiendo hasta que esté todo ligado.